No hay nada en la cesta
Así que básicamente en las secciones mentales que hace mi cabecita de vez en cuando, creo que este mundo se puede dividir en dos equipos: los que crean y los que copian. Y lo divertido en realidad, es que no pertenecemos de forma perpetua a ninguno de esos bandos, vamos saltando de uno a otro según la disciplina, o con el pié con el que nos hayamos levantado ese día. Lo bonito de la vida, es que somos water my friend.
Pues yo decorativamente hablando voy de un lado al otro, pero hoy me voy a apoyar en el talento ajeno para hablaros de como algo tan estandarizado, puede pasar a ser original y divertido: la decoración navideña. Yo es que me canso un poquín de tanto rojo, verde y blanco, que está muy bien, pero creo que hay que atreverse a adaptar la norma a quienes somos nosotros, y eso va muy ligado a como vemos y vivimos, en nuestras madrigueras humanas.
Yo he apostado por lo fluffy, lo puffy, lo shiny, el pastel y lo crafty… me váis a decir que no quedan bien cuatro palabrotas en inglés, eh! jajaja… el caso es que me he decidido por algo más coqueto, y todo bajo la premisa de que pueda ser hecho a manita una tarde en la que os pongáis todos a una, calentitos en casa.
Mucha gente se pregunta que porqué el éxito de las washi tape o masking tape, que es como se le llaman. El tema es que no solo sirven para colgar dibujos de la pared – eso ya lo iremos viendo en siguientes artículos – alguien que domina eso de la imaginación, ha ideado esta decoración tan festiva usando cintas de ditintos tonos. De hecho hay una gama de MT que tenemos en la tienda, específica para deco de paredes y muebles, no obstante, gracias a que el pegamento es súper suave y reposicionable, podéis utilizar todas las gamas y probar algo parecido. Lo tendréis hecho en un momentito.
Quizás vamos un poco tarde para el calendario de adviento, aunque yo ayer me puse al día con el que nos regalaron, y sufro de los conocidos remordimientos de chocolate.
Si os fijáis con detalle en la foto, veréis que con un cordel bonito y dorado, unas 25 pinzas mini de madera, numeritos cut out de scrapbooking, cinta washi tape y una buena plantilla descargable de como hacer un sobre y papeles de colores surtidos, os podéis hacer un calendario súper bonito. Y low cost, que sé que eso es importante.
En nuestra mini familía, se ha instalado la tradición de ir cada año a las paraditas navideñas, a comprar un adorno para el árbol. Lo que pasa es que cuesta salir de lo tradicional, y como también somos de dejarnos caer por la tienda de Bellas Artes, es allí donde os podéis hacer con los tres materiales para hacer estos adornos tan cuquis de estilo escandinavo: Abalorios de madera, cordel dorado (o de otro color si lo prefieres) y chalkpaint de uno o dos colores. Lo que mola del chalkpaint – también escribiré sobre eso algún día fijo – es que se deja pintar con facilidad, se agarra a todo sin tratamiento previo, y a parte de una carta de colores pasteles maravillosa, os da la posibilidad de comprarlo en botecitos pequeños, y así gastar menos y tener más surtido.
Otra opción crafty molona es comprar una troqueladora mini de scrapbooking, y liarse a cortar círculos de papeles estampados. Los ideales son los clásicos de scrap, que son de 30 x 30, son de buen gramage y vienen estampados a dos caras. Cuando tengas unos cuantos círculos, dóblalos a la mitad, pégalos entre sí para formar las bolas de la imagen, y listos. Con cordelito para colgar, o si juntas unos cuantos te puedes hacer una guirnalda muy bonita.
Por último una de mis ideas copiables preferidas: estos arbolitos. Creo que con un poco de cartón, papel de seda o pinocho de esos colores me puedo hacer un rincón top en cuquismo. Y en cuanto al dorado… tu dame pegamento y purpurina, y verás la que lío en un momento.
Os he dejado un tablero de inspiración en nuestra cuenta de Pinterest, para los ociosos que se pierden horas haciendo estas cositas. Espero que os haya gustado! Besis!